El nuevo lujo

Los hoteles han de adaptarse al nuevo concepto del lujo. La transparencia es el nuevo valor ecológico, la tendencia indica que gastaremos menos dinero en publicidad y más en ofrecer experiencias. Por la misma razón,  se prevee que los hoteles cambiarán su tradicional esquema de organización jerárquica para estar menos orientado al proceso y más centrado en la experiencia del cliente.

Las compañías de hoteles de lujo se han rediseñado para responder a las expectativas de una nueva generación de viajeros de alto poder adquisitivo que prefieren una experiencia más personal y menos formal. Ese esfuerzo incluye mantener el sabor histórico de los establecimientos más antiguos a los que añaden toques modernos como la tecnología, pero de forma escondida para que no perjudique la autenticidad del hotel.

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Y es que el concepto del lujo en la hotelería está evolucionando desde una imagen de glamour y opulencia a un concepto mucho más flexible, donde no se perciba un gasto excesivo o suntuario, según coinciden varios expertos en este segmento.

El 55% de esta demanda de alto poder adquisitivo quiere ser tratado como VIP y el 53% está dispuesto a pagar más por un alojamiento de lujo. Y es que su percepción de valor está menos basada en ahorrar dinero que en disfrutar de una experiencia que supere sus expectativas. Por un lado el consumidor del lujo quiere hacer saber que puede acceder a los deleites de los más privilegiados, por tanto la ostentación , o incluso la arrogancia, van a ser parte del juego; por otro, se busca la vivencia subjetiva, un momento de goce personal e irrepetible